miércoles, 21 de mayo de 2014

Personas que hablan de filosofía, sin ser filósofos 2

Va otra edición: la comedia y espectáculos. Cómo me encantará recibir críticas. 

6. Julián Lede, a. k. a. Silverio. Otra vez, porque él de los personajes que me han revitalizado a la hora de hacer filosofía: el concepto de Nuevos Ricos es un entramado de su cultura, de la música que escucha y de la decadencia de las personas que acceden a algo que no pueden entender. Es un concepto que juega con el arte sin discurso, pero que encierra una serie de paradojas. Junto con Carlos Amorales el diseño y la factura de esta idea se convierte en una representación del arte de vanguardia mexicano y que detrás del un artista hay una historia que sirve a la gente para saber de dónde viene y en dónde puede parar. 
Llenar una catedral con posters, vender un concepto como algo de culto en muy poco tiempo, tener conciencia cultural expresada en sus composiciones y en cierto discurso muy crítico para el mexicano, son uno de los méritos de Lede y de Amorales. 

Visiten: http://www.claudiopoleschi.com/en/exhibitions/past/carlos-amorales-e-julian-lede-nuevo-ricos/press-release

7. El Warpig. El baterista de Lost Acapulco y conductor de Sonido Gabba Gabba (a las 11:00 pm en reactor) es una de esas personalidades de las que no esperas que se convierta en una influencia metodológica. Su apariencia es más que como de un bravucón que te dirá que entrarás a un reino de dolor... Pero en el fondo es un hombre que argumenta, discute una representación, sus podcast son increíblemente desarrollados, increíblemente reflexivos y con una selección musical que demuestra la cultura de este músico. 

Desarrollo filosófico en: http://www.indio.com.mx/archivo/podcast/warpig Todos. 

8. Doug Walker. El crítico de la nostalgia. Conocí a esta joya de internet por una película mala, como las que reseña. Nos enseña que todo tiempo pasado... mejor que se quede ahí: todo lo que no debe estar ahí, que se quede en el pasado, no tiene caso revivirlo. Pero nos gusta por una razón: quizá el recuerdo o quizá las cosas que nos dieron una buena idea. Se nutre del pasado, pero da un giro epistemológico al hacer una crítica a los argumentos de autoridad: nos muestra que tan mala puede llegar a ser una cosa que todos pensamos que no era así. Expone razones, supuestos epistemológicos. Al igual que Silverio y Warpig expone con humor y contra la autoridad, desde una perspectiva filosófica brillante. Una de sus mejores editoriales, con las que lloré de alegría y me sentí identificada por primera vez



9. Jis y Trino. Jose Ignacio Solórzano y Jose Trinidad Camacho, en especial su programa La Chora Interminable. Vienen de la tradición de no decir nada y que eso sea el contenido mismo de su programa. Lo vimos en Seinfield, en Louis C. K., Cheech y Chung, pero unos herederos dignos son los choreros. Han tratado temas de manera hilarante, han sido presa de la censura y el snobismo cuando estaban en radio Unam. Pero como los integrantes de esa lista, las objeciones sólo los hacen más fuertes: cómo los filósofos que son. 

10. Pilar Boliver. Ella habla de filosofía del espectáculo: por qué tienen que ser las escenas, los matices, los temas que están de moda y lo que debe cumplir esta industria. Toda su exposición parece algo compleja, pero te motiva a investigar, a querer saber y a pensar que todas las personas que son como ella, lejos de ser en un sentido diferentes, hacen del espectáculo una obra de calidad y gracias a Dios que las tenemos, porque tanto improviso no se puede soportar en una industria tan seria como esta. 

Sin más, la lista continuará. Pero después. 

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